December 5, 2008

CARTELERA SETIEMBRE
VIDAS PARALELAS
Por César Pancorvo


Un relato y un hilo narrativo interesante, que hasta puede parecer propio de una epopeya, nos sitúan en un contexto muy conocido por todos los peruanos mayores de treinta años: la dramática separación de dos amigos adolescentes, que parecen alcanzar el climax de su amistad antes que Sendero Luminoso ataque su pueblo, ubicado en Ayacucho, y los convierta en enemigos. Resulta una lástima que el desarrollo de la historia sea insuficiente, y el estilo audiovisual de una calidad deleznable.

Sin resaltar para nada, el lenguaje visual del filme es bastante predecible y estándar. Da gusto que, sobre todo al comienzo, hayan aprovechado los paisajes de Ayacucho para darle algo de esplendor a la película; hay algunas tomas en donde se puede apreciar todo el panorama, que sirve para situar al espectador. Estos planos generales, sin ser extraordinarios, son apropiados en una película que se desarrolla, en gran parte, en la sierra peruana.

La mayor parte de la película tiene, por otro lado, giros narrativos y un tratamiento de planos predecible. Por ejemplo, cuando los terroristas toman el pueblo a los pocos minutos de iniciada la película. En esa escena, la música apresura su ritmo, la cámara también se acelera, y hay tomas rápidas que nos indican que algo anda mal. Se podría haber ingeniado una manera más original de presentar este conflicto.

El comienzo parecía prometer una historia arrolladora que dejaría a todos satisfechos. En vez de eso, el espectador se va con el estómago vacío, como si algo hubiera faltado. Es como si no se hubiera completado la epopeya que se prometía al inicio.

Hay una escena conmovedora donde una madre, cuya hija fue violada y asesinada por los senderistas, llora y se lamenta frente a los dos muchachos. Se puede apreciar muy bien su expresión, la cámara nos ayuda a eso, y se imponen los gritos de la hija fallecida en el fondo. A algunos podría gustarles lo logrado en esa escena; otros la podrían tildar de pretenciosa, pero debería haber más partes así, que eliminen la monotonía y pesadez del filme.

No hay una propuesta concreta, uniforme, sobre el estilo visual: no hay un director que imponga su estilo. Hay muchas pequeñas escenas que se entrometen y rompen el esquema general, como, por ejemplo, cuando se muestra un mapa del Perú y se hace un acercamiento o zoom in. ¿De donde salió aquel mapa? Fue, creo, un exabrupto o bache en el estilo visual.

Además de eso, hay una escena de acción –una confrontación entre los militares y los terroristas, que buscan rescatar a una versión alterada de Abimael Guzmán– bastante sosa y común, que no emociona.

No obstante, otras partes de película magnetizan al espectador y lo mantienen atento, como cuando se está apunto de dictar la sentencia de uno de los protagonistas, al final del filme. Este personaje pronuncia un discurso sensible y persuasivo, que puede sugestionar al público, mientras la cámara pasa, muy pero muy lentamente, de plano medio a primer plano. Sin duda, Vidas Paralelas es una película que tiene sus mejores momentos –los más dramáticos– en escenas pausadas y parsimoniosas como esa.
Fecha de estreno: 25 de setiembre del 2008.

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