CARTELERA ENERO
SOY LEYENDA
Por Diego Cabrera
A diferencia del hombre, el zombie de hoy piensa (ver Tierra de muertos, o las franquicias de Exterminio o Resident Evil por citar solo tres ejemplos estrenados recientemente en el Perú). Pero si en algo comulgan es en su sed de sangre. Por eso, nada más pertinente que un panorama apocalíptico, en el cual un superviviente tiene que luchar con la soledad y la melancolía al tiempo que busca la cura de un virus que ha convertido al ser humano en una suerte de vampiro que busca saciar su apetito en medio de la oscuridad, para estremecer al espectador y de paso sugerir una reflexión sobre los tiempos que corren.
Sin embargo, Soy leyenda es más que la adaptación hollywoodense del libro de culto de Richard Matheson. En ésta el director Francis Lawrence (quien debutara el año 2005 con la fallida Constantine) hace patente un terror que, pese a estar circunscrito al género de Ciencia Ficción, se siente más real que nunca: los travelling que siguen el trayecto de Robert Neville (estupendo Will Smith) y su pastor alemán a través de la “Zona Cero”, tierra baldía e inhóspita donde las fieras se confunden con los edificios y la hierba crece en el concreto, rememoran a la Nueva York que se vio asolada por la tragedia el 11 de septiembre del 2001. Es en ese sentido que la película resulta más cercana, su héroe más empático y sus antagonistas más sombríos e inciertos que de costumbre para el público occidental.
Pero no solo eso. Lawrence es responsable de una de las sociedades más tiernas que nos ha dado el cine norteamericano de los últimos tiempos. El vínculo de Robert con su can es lo único de familiar que le queda con vida luego de la hecatombe, lo único capaz de evitar su locura, de hacerlo sentir humano en un mundo de bestias. Tal es la relación entre ambos que una vez terminada su alianza empezará la debacle del protagonista; y de la película también.
Y es que a partir de la aparición de nuevos personajes el happy ending empieza a asomar (la colonia de sobrevivientes, la existencia de más personas inmunes al virus), la figura del científico militar adquiere un carácter mítico, ya no humano (“¿Eres “El” Robert Neville, verdad?”), las situaciones pierden intensidad haciéndose predecibles (el destino de Anna y Ethan), el escepticismo se diluye (Anna habla con Dios y asegura la salvación de la raza humana), y las canciones de ‘Bob’ pierden frescura y saben a lección ideológica. Pese a su resolución, Soy leyenda consigue sacarle a la vuelta a su condición de blockbuster, gracias a una puesta en escena que aprovecha el digital y los efectos sonoros para extrapolar los temores más grandes de la sociedad norteamericana sin ceder ante convencionalismos narrativos, al menos durante 60 minutos. Todo un triunfo para la industria.
Fecha de estreno en el Perú: 3 de enero del 2008.
SOY LEYENDA
Por Diego Cabrera
A diferencia del hombre, el zombie de hoy piensa (ver Tierra de muertos, o las franquicias de Exterminio o Resident Evil por citar solo tres ejemplos estrenados recientemente en el Perú). Pero si en algo comulgan es en su sed de sangre. Por eso, nada más pertinente que un panorama apocalíptico, en el cual un superviviente tiene que luchar con la soledad y la melancolía al tiempo que busca la cura de un virus que ha convertido al ser humano en una suerte de vampiro que busca saciar su apetito en medio de la oscuridad, para estremecer al espectador y de paso sugerir una reflexión sobre los tiempos que corren.
Sin embargo, Soy leyenda es más que la adaptación hollywoodense del libro de culto de Richard Matheson. En ésta el director Francis Lawrence (quien debutara el año 2005 con la fallida Constantine) hace patente un terror que, pese a estar circunscrito al género de Ciencia Ficción, se siente más real que nunca: los travelling que siguen el trayecto de Robert Neville (estupendo Will Smith) y su pastor alemán a través de la “Zona Cero”, tierra baldía e inhóspita donde las fieras se confunden con los edificios y la hierba crece en el concreto, rememoran a la Nueva York que se vio asolada por la tragedia el 11 de septiembre del 2001. Es en ese sentido que la película resulta más cercana, su héroe más empático y sus antagonistas más sombríos e inciertos que de costumbre para el público occidental.
Pero no solo eso. Lawrence es responsable de una de las sociedades más tiernas que nos ha dado el cine norteamericano de los últimos tiempos. El vínculo de Robert con su can es lo único de familiar que le queda con vida luego de la hecatombe, lo único capaz de evitar su locura, de hacerlo sentir humano en un mundo de bestias. Tal es la relación entre ambos que una vez terminada su alianza empezará la debacle del protagonista; y de la película también.
Y es que a partir de la aparición de nuevos personajes el happy ending empieza a asomar (la colonia de sobrevivientes, la existencia de más personas inmunes al virus), la figura del científico militar adquiere un carácter mítico, ya no humano (“¿Eres “El” Robert Neville, verdad?”), las situaciones pierden intensidad haciéndose predecibles (el destino de Anna y Ethan), el escepticismo se diluye (Anna habla con Dios y asegura la salvación de la raza humana), y las canciones de ‘Bob’ pierden frescura y saben a lección ideológica. Pese a su resolución, Soy leyenda consigue sacarle a la vuelta a su condición de blockbuster, gracias a una puesta en escena que aprovecha el digital y los efectos sonoros para extrapolar los temores más grandes de la sociedad norteamericana sin ceder ante convencionalismos narrativos, al menos durante 60 minutos. Todo un triunfo para la industria.
Fecha de estreno en el Perú: 3 de enero del 2008.
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