September 21, 2006

CARTELERA (AGOSTO)

PARAÍSO AHORA Por Diego Cabrera

Hace algunos meses se estrenó en la cartelera comercial Munich. Hace algunas semanas se estrenó Paraíso ahora. Ambas se ocupan de un tema de relevancia internacional: el terrorismo.

Sin embargo, en estas dos películas subyace una manera casi antagónica de entender el cine. Hany Abu-Assad, lejos de la pirotecnia, la violencia explicita y el montaje acelerado que Spielberg muestra en su última realización, privilegia las composiciones simétricas, los encuadres estables, la contemplación de los rostros, el devenir del tiempo.

Filmada con un estilo casi documental, la ciudad de Nabus tiene un rol fundamental en el desarrollo de las acciones. Una ciudad derruida captada a través de grandes planos generales, siempre bajo la atenta mirada de una cámara que va descubriendo con naturalidad las personalidades de los protagonistas y de su subyugante contexto. Said y Khaled son dos amigos de infancia, disconformes con la ocupación de su territorio, que al ser reclutados por un grupo extremista como voluntarios para un ataque terrorista suicida en Tel Aviv no lo pensarán dos veces. El director acierta en la presentación de los hechos, cuando se limita a contextualizar la historia. Sin embargo, es a partir de la preparación del atentado, cuando la película se torna dialógica y enfática, que el interés decrece. Al respecto, la presencia del personaje “antagónico” resulta más bien accesoria e innecesaria. Si en algún momento el discurso, que por cerca de cuarenta minutos tenía un sustento natural, suena a moralina es cuando Suha imparte “lecciones de humanidad” a sus amigos. Como contraparte, hay un punto del profílmico desarrollado magistralmente: la ausencia de diálogos. Son los momentos cuando resuena el canto de los grillos, se impone la presencia de la ciudad y se registra lo indecible, cuando realmente comenzamos a escuchar y observar una realidad que estremece a la distancia.

Título: Paradise now
Director: Hany Abu-Assad.
Producion: Bero Beyer, Roman Paul, Hengameh Panahi, Amir Harel y Gerhard Meixner.
País: Palestina, Holanda, Francia y Alemania.

Año: 2005
Duración: 90'
Interpretes: Kais Nashef (Saïd), Ali Suliman (Khaled), Lubna Azabal (Suha), Amer Hlehel (Jamal), Hiam Abbass (Madre de Saïd), Ashraf Barhoum (Abu-Karem), Mohammad Bustami (Abu-Salim), Mohammad Kosa (Fotógrafo), Ahmad Fares, Oliver Meidinger (Abu-Shabaab).
Fecha de estreno: 24 de agosto del 2006

AZUL Por Diego Cabrera

El color que define el noveno largometraje de Krzysztof Kieslowski desarrolla temas que trascienden el ámbito cinematográfico para erigirse como un monumento existencialista del amor humano. Y es que el cineasta polaco podría ser considerado como un “romántico maldito” que hurga, cual cirujano poseído, por los rincones más recónditos del alma, hasta desentrañar al hombre en todas sus miserias. La cosmogonía kieslowskiana erige el amor como la única posibilidad de existencia para un mundo involutivo, regido por doctrinas esclavizantes, tan terrenales como celestiales. De ahí la idealización de los principios revolucionarios franceses de Libertad, Igualdad, y Fraternidad; de ahí su última experiencia cinematográfica. Azul aborda el primero de éstos tres principios.

Julie, luego de perder a su esposo y a su hija en un fatídico accidente, intenta reestablecer su vida desligándose de todo aquello que la remita al pasado. Si bien en un inicio vemos un despojo corporal y material de la protagonista, esta “nada” en la que se encuentra inmersa devendrá en redención gracias al cariño de una prostituta, al amor de Olivier, al desapego del luto y, sobre todo, a la música. Así, vemos como el tánatos se convierte en eros durante una escena sobrecogedora en la cual vemos a Julie, en posición fetal (lo que podría sugerirnos un parto, algo que se sustenta hacía el final de la película cuando la vemos llorar después de “romper esa caja de cristal subterránea”, después de renacer), y a Olivier entregados al amor, acompasados del Canto por la Unificación Europea, la composición que en vida le encargaran al esposo de Julie y que ambos se encargarían de terminar. De esta manera, una vez perdonadas las culpas, enmendados los errores, superados los miedos y frustraciones personales la protagonista es realmente libre para vivir y amar.

Título:Trois couleurs: Bleu (Tres colores: Azul).
Director: Krzysztof Kieslowski.
Producción: Mann Karmitz e Yvon Decaux para MK2, CED Productions, France 3 Cinéma, CAB Productions, CED Productions, Canal Plus y Zespol Filmowy TOR (Francia, Suiza y Polonia). País: Francia
Duración: 99 minuntos.
Año: 1993
Intérpretes: Juliette Binoche (Julie), Benoît Regent (Olivier), Florence Pernel (Sandrine), Charlotte Véry (Lucille), Claude Duneton (Patrice), Yann Tregouet (Antoine), Emmanuelle Riva (la madre), Jacek Ostaszewski (el flautista).

September 14, 2006


El sabueso es un perro de caza. Su misión es adquirir con destreza lo inesperado, lo difícil. El fisgón es un sabueso acostumbrado a olfatear y oír una “verdad” sesgada, a veces esquiva, otras veces inmediata, pero siempre lumínica. El cine, al igual que este podenco can, tiene esa misma facultad: recrea y (de) construye la realidad a través de imágenes y sonidos durante un tiempo determinado. Nosotros también podemos retener y transformar lo inaprensible. Sólo es necesario abrir bien los ojos... y disfrutar.

September 7, 2006


COMER, BEBER Y AMAR Por Paloma Verdara Persivale

No cabe duda que Ang Lee es un director extraordinariamente versátil. Su registro incluye megaproducciones y proyectos comerciales como El tigre y el dragón o Hulk, pero también películas más intimistas como Sensatez y sentimientos e incluso filmes donde se abordan temas polémicos como los conflictos interculturales (Pushing Hands). Ha recibido múltiples premios tanto de la industria hollywoodense, como de los festivales de cine más prestigiosos del mundo entero. Su último filme es la aclamada y polémica Brokeback Mountain, triunfadora en el Festival de Berlín.

En Comer, Beber y Amar, Lee ilustra, con la contemplación y discreción de un chef oriental, las relaciones familiares en la tugurizada Taiwán, donde todos parecen poseer esa indiferencia que se generan en el obligado anonimato de las grandes urbes. Este filme narra la historia de tres hermanas que saben que, en algún momento, tendrán que sacrificar su futuro para quedarse en casa a atender a su padre, un anciano chef viudo. Lo medular del filme no son necesariamente los obvios conflictos generacionales, sino, sobre todo, la sutileza para mostrar las manifestaciones del amor familiar: un dominical festín de delicatessen oriental o el amago de renunciar a un nuevo puesto de trabajo para acompañar al padre en su vejez.

Pero este filme trata también de los cambios bruscos en la vida, potenciados por una narración ágil que, con pinceladas de comedia, recorre ese tránsito vital que va de la resignación a la adaptación. Por todo eso, Comer, Beber y Amar es un filme emotivo y entrañable.

Titulo: Yin shi nan nu/Eat Drink Man Woman (Comer, beber, amar)
Director: Ang Lee
Productores: Kong Hsu y Hsu Li-Kong.
Pais: Taiwán-EEUU.
Año: 1994
Duración: 123 minutos.
Intérpretes: Sihung Lung (Chu), Wang Yu-Wen (Ning), Wu Chien-lien (Chien), Yang Kuei-Mei (Jen), Sylvia Chang (Jin-Rong), Winston Chao (Li Kai), Chen Chao-jung (Guo Lun), Lester Chit-Man Chan (Raymond), Yu Chen (Rachel), Ah Lei Gua (Sra. Liang), Hsu Gin-Ming (entrenador Chai).


EL ABRAZO PARTIDO Por Sissy Delgado

En el 2004, El abrazo partido fue premiado en el importante Festival Internacional de Cine de Berlín con dos Osos de Plata: el Gran Premio del Jurado y el de Mejor Actor. El pasado mes de febrero, su último filme Derecho de Familia inauguró la sección Panorama de este festival. El director Daniel Burman se ha convertido, pues, en uno de los directores más representativos del llamado Nuevo Cine Argentino, un movimiento predominantemente realista que, desde hace una década, compite en las selecciones oficiales de los mejores festivales del mundo.

Con El abrazo partido, Burman ha creado, a sus treinta años, una obra con diálogos frescos y acentos que transitan entre lo dramático y lo disparatado, pero, sobre todo, ha retratado el resentimiento y vacío de un joven judío frente la ausencia de su padre. Luego de escuchar sorpresivas revelaciones, el joven se escabulle hasta finalmente encontrar la estabilidad en un simbólico abrazo que, aunque partido, lo reconforta.

En este filme, Burman logra conciliar la eterna disociación entre el cine popular y el buen cine, al revivir fielmente la Argentina de hoy: un país cosmopolita y plural, conformado por diversos grupos de inmigrantes o micro mundos que Burman ha unido en una aldea de pequeñas historias. El abrazo partido es un enfrentamiento entre los dilemas morales y los deseos, interesante punto de partida para comprender, desde otros ángulos, que las decisiones pueden ser injustas y respetables al mismo tiempo.

Título: El abrazo partido
Dirección: Daniel Burman.
Producción: Diego Dubcovsky y Daniel Burman.
Países: Argentina, Francia, Italia y España.
Año: 2004.
Duración: 100 min.
Interpretes: Daniel Hendler (Ariel), Sergio Boris (Joseph), Adriana Aizemberg (Sonia), Jorge D'Elia (Elias), Rosita Londner (Abuela de Ariel), Diego Korol (Mitelman), Silvina Bosco (Rita), Melina Petriella (Estela), Isaac Fain (Osvaldo), Aitilio Pozzobon (Saligani).Guión: Marcelo Birmajer y Daniel Burman.

DISPONIBLE EN DVD
CÓDIGO: DVD 791.43 BURM

HAPPY TOGETHER por Juan Luis Nugent

¿Puede haber algo más globalizado y contemporáneo –valga la redundancia– que una película de un director hong konés, filmada en Buenos Aires, sobre dos muchachos homosexuales que viven un idilio amoroso de aquellos y en donde melodías de Astor Piazzolla y Frank Zappa se entremezclan bajo el manto de un título prestado de una canción pop sesentera?

Wong Kar-Wai es de esos cineastas a quienes el calificativo “fuera de serie” les calza sin caer en el lugar común. Partamos del hecho de que ni el nombre ni el apellido nos suenan como podrían hacerlo un Almodóvar, Allen o Scorsese. Adicionalmente, sus películas no gozan de la misma difusión –al menos en nuestro medio– que las obras de los ya mencionados. Y como si eso no bastase, cuenta con uno de los métodos más poco ortodoxos que puedan imaginarse a la hora de filmar: no trabaja con un guión preestablecido. Para Wong Kar-Wai, el rumbo de sus películas se define en la marcha.

Happy together nos plantea el eterno tema de los afectos. Inspirada en la novela de Manuel Puig, ‘Buenos Aires Affair’, la historia nos adentra en la dicotomía inseguridad/egoísmo, encarnada por los protagonistas. Sazonada con un exquisito manejo de cámara, que se mueve del blanco y negro al color con agilidad, el filme trabaja con sugerentes texturas y cromatismos en las distintas situaciones que atraviesan Ho y Lei, los amantes en cuestión. Puntos extra para la musicalización, que, dada su exquisitez, verdaderamente funge de perfecto soundtrack de una relación tormentosa, tierna y destructiva. Sin ánimos de abusar de la franela, Happy together es una joyita imperdible.

Título: Happy Together (Cheun gwong tsa sit)
Director: Wong Kar Wai
Productores: Block 2 Pictures / Jet Tone Production / Prénom H Co. / Seowoo Film Company
País: Hong Kong
Año: 1997
Duración: 92 min.
Interpretes: Leslie Cheung, Tony Leung, Chang Chen


DISPONIBLE EN DVD
CÓDIGO: DVD 791.43 WONG

EL BONAERENSE Por Joel Calero

El Bonaerense es la segunda película de Pablo Trapero, uno de los directores más representativos de ese heteróclito grupo que la crítica ha llamado “nuevo cine argentino” y que no es otra cosa que un conglomerado de primeras películas que han logrado importantes premios internacionales.Algunos críticos han filiado este filme con un hipotético “neorrealismo bonaerense”. Aluden a su intención de registrar la cotidianeidad y azares de un personaje marginal: el Zapa es un cerrajero de un pequeño pueblo que, luego de ser cómplice de un robo, emigra a Buenos Aires, donde se une a la policía.

Trapero, disemina algunos dispositivos argumentales que garantizan la atención de espectadores acostumbrados a peripecias convencionales: el protagonista participa de variadas balaceras y termina ligando con su profesora, una oficial que lo abandona cuando descubre que él, como los otros “canas” del filme, es un aplicado celebrante de esa feligresía de chantajes y chanchullos que es la ética policial latinoamericana. Pero este es tan solo el lado más superficial de El Bonaerense. Lo que de verdad importa es la atmósfera de laxitud, de tiempo estancado que Trapero ha logrado construir para dar cuenta de la parsimonia e inercia despistada con que el Zapa afronta su destino de “cana”. Las mejores escenas son aquellas en las que el personaje deambula, adormilado por la canícula y su nulo horizonte vital. Conforme avanza la historia, su apocamiento pueblerino se confunde con un distanciado cinismo, aunque tan solo en las dosis justas para sobrevivir en su condición de eslabón, de peón de tablero.

El filme no pretende aleccionar sobre los vicios policiales: Trapero no escruta a sus personajes para distanciarse de ellos ni para construir una fábula moral edificante. Lejos de eso, se coloca al lado de ellos y se limita a acompañarlos en su rutina y su bostezo.

Título: El Bonaerense Director: Pablo Trapero Productor: Wanda Visión País: Argentina Año: 2002 Duración: 99 min. Intérpretes: Jorge Román, Mimi Ardúh, Darío Levy, Victor Hugo Carrizo, Hugo Anganuzzi, Graciana Chironi, Luis Vicat, Roberto Posse, Anibal Barengo, Lucas Olivera, Gastón Polo, Jorge Luis Giménez.

DISPONIBLE EN DVD CÓDIGO: DVD 791.43 TRAP

September 6, 2006

LA BOCA DEL LOBO por Diego Cabrera

Encumbrada por la prensa especializada de antaño, quienes llegaron a compararla con obras maestras de la cinematografía mundial como Dios y el diablo en la tierra del sol, como “la mejor película peruana de todos los tiempos” y ganadora de numerosos premios internacionales, La boca del lobo es el acercamiento de Francisco Lombardi al conflicto armado interno que estremeció al país durante la década de los ochenta y noventa. Un grupo de soldados del ejército toman el control de una pequeña localidad ayacuchana asolada por el terrorismo. Entre ellos destaca Vitín Luna (Toño Vega), un joven inexperto con ansias de superación que ve en el teniente Roca (Gustavo Bueno) un modelo castrense a seguir. Sin embargo, pronto la ilusión personal degenerará en una frustración de índole nacional.

Al margen del paroxismo crítico, si algo se le debe reconocer al segundo largometraje del binomio Lombardi-Cabada (quinto en la filmografía de nuestro cineasta más prolífico) es la creación de una atmósfera claustrofóbica y opresora que es capaz de estallar en cualquier momento, leitmotiv lombardiano que ya habíamos presenciado en cintas como La ciudad y los perros y, más precisamente, en Muerte de un magnate. El tacneño gusta de historias diáfanas, lineales, arquetípicas, no suele arriesgar en su puesta en escena en lo más mínimo. En este caso la fórmula es medianamente efectiva. Si bien desarrolla un clima de tensión, solventado en un notable trabajo del espacio en off, y paranoia, la verosimilitud del filme queda resentida por “tragicómicas” escenas, como la de la ruleta rusa, y algunos excesos de guión que pueden percibirse hacia sus minutos finales. Con todo y eso, La boca del lobo es un entretenido western andino que congracio público (más de 800 mil personas la vieron) y crítica como nunca antes en la historia del cine nacional.

Título: La boca del lobo Director: Francisco J. Lombardi
Productor: Inca Films
País: Perú
Año: 1988
Duración: 95 minutos
Intérpretes: Gustavo Bueno, Aristoteles Picho, Toño vega

DISPONIBLE EN VHS CÓDIGO: VID/P 791.43 LOMB/B